Mi vestido de novia

21 noviembre 2017


Cuando mi chico me planteó el tema de la boda, pensé en NEGRO y PERLAS... una sencilla boda civil (íntimo y barato), además por nuestra edad daba por hecho que nos preguntarían mil y una cosas, así que como no me apetecía dar explicaciones esa era mi idea. 
Pues nada fue todo lo contrario, mi chico quería algo más tradicional, y pensamos en nuestro hotel preferido, cerca del mar, íntimo, al aire libre, y tradicional. Así que al decírselo a mis queridas mejores amigas Fany y Melanie,... se desató la locura jajajajaj nos lo pasamos en grande me casaría cada año sólo por lo bien que lo pasamos organizando.

Descartado mi vestido negro con perlas por votación popular, lo fui alargando hasta finales de mayo, con mi premisa de "yuos hasta octubre todo lo que queda..." Pues no, no quedaba nada. En cuanto a vestidos de novia iba bastante justita de tiempo. De modo que quedamos las tres y mi hermana pequeña un viernes por la tarde en PRONOVIAS. Y sí,  ¡¡¡es una pasada!!! Las chicas de la tienda fueron muy amables, pero debo reconocer que fuimos "a jugar", definitivamente hasta el más baratito de la tienda se me salía de presupuesto. Pero como experiencia me encantó, los vestidos son tan bonitos, me probé varios y distintos estilos, y la carita de mi hermana y de mi amiga Fany fue un poema cuando me pusieron uno de princesa con
tul, cola, cristales, brilli- brillo, todo muy cenicienta. Pero no, no era para mí.
Y ya me da pena, pero no nos dejaron sacar fotos.


Salimos con tiempo y aunque, teníamos cita en DINOVIOS al día siguiente por la mañana, no aguantamos y pasamos por allí a cotillear los vestidos. Fueron muy agradables con nosotras nos mostraron un montón de vestidos y me invitaron a probarme, así que no perdimos el tiempo. Les dejo las fotos de los que me probé. 

Suena a tópico lo se... pero cuando te pruebas el tuyo lo sabes. En mi caso con los que me probé el primero me parecía demasiado recargado para el tema de la boda sencilla, el segundo demasiado suelto, y el último no tenía inconvenientes, era bonito, favorecedor, sencillo, cómodo... era el mío y punto. Cuando salí y les ví las caras, las tengo grabadas en la mente. No sé explicarlo creo que pensamos lo mismo: un vestido perfecto y con posibilidades para un broche que le dé brillo y personalidad. Al día siguiente fuimos otra vez, mi hermana, mi madre, mi suegra, y con ellas por supuesto ¡¡era la boda de las tres nuestra boda!! y ¡¡¡decidido!!! Tenemos vestido. Ahora a esperar hasta septiembre que lo traigan para la primera prueba. 

Y la espera es ETERNA...no sabes si te precipitaste, miras las fotos mil veces, intentando recordar si era tan perfecto o te dio un flash de locura, y preguntas cada momento ¿el vestido me quedaba bien verdad?  

Y por fin llegó: el momento perfecto, la primera prueba, ya con los zapatos, un broche (aunque luego, lo cambiamos). Faltaba algo, ¡el velo! No sé cómo explicarlo, es una experiencia muy bonita, porque te acerca mucho más a las personas que te quieren se preocupan por tí, te desean lo mejor, te acompañan y comparten contigo estos momentos. 


Verán que no nombro al novio, y a pesar de que le ponen voluntad y quieren hacer todo lo posible...lo siento por todos los novios del mundo, compren un GRAN ANILLO, entréguenlo de forma romántica e inolvidable, sean pacientes, consientan nuestras locuras,... y ya del resto nos encargamos nosotras.

Pd.: Al final, si que me casé de negro y con perlas. Mi madre me regaló un precioso vestido negro de London Coast, que con mis perlas y unos discretitos peptoe negro, quedaron de maravilla en el Ayuntamiento.

Gracias a mis amigas Fany y Melanie, por comprenderme y acompañarme.

No hay comentarios

Publicar un comentario

últimos vídeos